Tradicionalmente se desaconsejaba realizar tratamientos de ortodoncia en pacientes con enfermedad periodontal pero en el actualidad se ha comprobado que los movimientos de ortodoncia controlados (siempre y cuando la enfermedad periodontal esté así mismo controlada) no producen una pérdida de soporte en los dientes adicional sino que pueden obtener beneficios importantes.
Antes de iniciar cualquier tratamiento debemos asegurarnos que la enfermedad periodontal está controlada ya que el movimiento junto con la placa y la inflamación de los tejidos (encías, hueso) acelera el proceso de pérdida de soporte del diente.
Las complicaciones de la enfermedad periodontal como son la migración dental (dientes que se han desplazado), malposiciones dentarias (dientes torcidos), dientes en abanico (debido a la pérdida de dientes posteriores los dientes anteriores adoptan la forma de un abanico) y extrusiones (los dientes se desplazan de forma vertical fuera del plano de la mordida sobresaliendo) pueden resolverse con un tratamiento de ortodoncia.
La ortodoncia puede en estos casos:
1.- Mejorar la oclusión dental de forma que se tenga más estabilidad a la hora de morder
2.- Mejorar la estética al mejorar la posición del los dientes
3.- Facilitar la higiene bucodental al colocar los dientes rectos evitando que se acumulen las bacterias como sucede con los dientes apiñados.